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Perfiles

El arte no pide permiso: escritura efímera y antimonumental

Existe un movimiento de escritura anónimo, popular y masivo, que atiende a lo contestatario y ha encontrado en la calle su mejor soporte. Es un tipo de manifestación con rol de denuncia que se mantiene al margen del sistema e instala un diálogo con les transeúntes y el espacio público.

Por Catalina de los Ríos

Las paredes son la imprenta de los pueblos.

Rodolfo Walsh

La calle, como espacio popular, es la zona donde suceden cruces de mundos, vidas, rutas y destinos. Nuestros desplazamientos e interferencias la vuelven propensa a constantes cambios. Recorrer las calles de Valparaíso es enfrentarse a un fenómeno urbano, comunicacional y artístico que se escribe con rayas, donde se manifiesta en toda su magnitud la libertad de expresión.

Autores anónimos y de lengua incisiva son responsables de mensajes crípticos que cubren muros, escaleras y casas comerciales en la ciudad. Ellos despliegan un particular estilo de escritura que mezcla ilegalidad, rebelión y una hábil ejecución de movimientos. Este registro, de naturaleza dinámica e inacabada, que aparece y desaparece día tras día, cristaliza una oralidad que traspasa las coordenadas temporales.

El coro conformado por estas voces no alcanza línea editorial ni puede reducirse a definiciones sentenciosas producto de la diversidad de demandas y deseos que en él convergen. A partir de estas inscripciones, nace en las calles una memoria porosa, de libre acceso, donde textualidades, lenguajes y lenguas conspiran para despertar un sinfín de cuestiones. En ella se detectan resonancias políticas, préstamos, resignificaciones, invención de dialectos y particulares visiones de mundo.

Si bien las vías públicas se han reconquistado y convertido en un espacio de despliegue creativo, continúan rigurosamente vigiladas por el poder: el rayado de muros está tipificado como falta y daño a la propiedad privada en el Art. 487 del Código Penal y los castigos pueden ir de 61 días a un año de prisión.

Quien hace una inscripción clandestina sabe que está rompiendo la norma, por ello, busca un momento conveniente, elige el espacio a intervenir con anterioridad y actúa con máxima rapidez– en compañía de alguien que se encarga de la vigilancia, mientras aparece el sonido y aroma característico del spray en medio de la noche. El poder de esta mínima acción ilegal está precisamente en la conformación de un cuerpo opositor, de voz inmutable, que se vuelve invisible frente a la violencia de la represión.

La escritura en el espacio público configura un manifiesto de antioficialidad con carácter combativo o de crisis. Se despreocupa de la elaboración plástica y concentra su contenido rebelde en frases cortas de carácter satírico. Su trazo manual se opone de lleno al publicitario, desafiando los lenguajes institucionalizados desde todos los ángulos.

Grafitis, lienzos y otros soportes gráficos con motivos antisistémicos convierten las murallas de Valpo en un gran muro de lamentos donde el lenguaje anarquista, las expresiones de denuncia, el odio, pero también la esperanza y la ternura, son protagonistas. Caminar por los rincones del puerto haciendo lectura de estos mensajes es revivir los abusos e impotencia sufridos por las minorías a diario y sus gritos por reivindicación y reparo. Las calles preservan, con expresión salvaje, vestigios de incansables marchas que clamaron por justicia.

No obstante, el carácter de esta escritura es simultáneamente de creación y destrucción, dando paso a una lucha incansable entre esta potente narrativa social vs el cuidado y limpieza de muros de edificios municipales, estatales y privados. Como si el despliegue de esa operación fuera a hacer desaparecer la raíz del malestar.

Este empeño por limpiar y reponer a toda costa el orden habitual de la urbe es sumamente sintomático de una clase política que no entiende ni enfrenta los desafíos con la altura que se espera. El esfuerzo destinado a esta supresión se vuelve algo absurdo ya que, gran parte de las veces, la capa de pintura puesta sobre el original funciona como otra voz que se suma a este coro discordante, reforzándolo en lugar de callándolo.

El clímax de este movimiento de rayado e intervención urbanística data de 2019, año de la revuelta social en Chile: mientras los lenguajes políticos se vuelven inverosímiles, los muros se cargan de escepticismo, evidenciando la precariedad y premura de la ciudadanía. Valparaíso se convierte en testimonio, testigo y protagonista de la efervescencia de esta revolución social. En sus calles marcha un dolor que deviene en resistencia.

Cedida por @PésimoServicio .

Si hemos de encontrar un cuerpx que se ha hecho presente de manera transversal en esta escritura territorial, se hace imposible no mencionar a @PésimoServicio, colectivo que reúne a personas provenientes de diversas ramas del arte para la intervención visual de espacios públicos.

Su aguda práctica ha probado formatos que abarcan desde proyecciones en edificios hasta la producción editorial impresa de afiches y volantines que sobrevuelan la ciudad. Con la subversión e ironía como copiloto de sus creaciones, liberan al arte de su público objetivo, instalándolo en los ángulos más lejanos del plan.

Sus propuestas, reconocidas por la gran mayoría de los porteños, trabajan en base a lenguajes que incluyen serigrafia, poesía, carpintería, fotografía, video, gráficas, instalaciones. A partir de una pequeña entrevista, compartimos las siguientes impresiones.

–¿Por qué consideran que la calle ha sido un buen soporte para la transmisión de su material?

–No sé si teníamos tan claro el soporte al momento de empezar a trabajar. Las cosas tenían un sentido de urgencia tal que mientras más pudiéramos imprimir o engrudar, más sentido nos hacía. Los contenidos que generamos tenían la intención de difundir y denunciar la violencia que experimentábamos en esos momentos, y en adelante, profundizar e investigar para ampliar ciertas cuestiones que ocurren en este territorio. En ese sentido, la calle fue claramente el primer lugar y es hacia donde siempre estamos mirando. Cualquier cosa que hacemos intentamos generarla en formatos que permitan su reproducción y rebote con lo público, así se vincula con las otras palabras y formas que andan ahí mismo. La calle es un muro compuesto de muchas cosas; nosotrxs ponemos una, pero entra inmediatamente en diálogo con todas las referencias que tiene a su alrededor: el muro donde se engruda, lo que ya hay en ese muro, lo que está por venir, las intervenciones que se le hagan, y así, con el tiempo, se va transformando en algo común. El registro de un tiempo justamente, que modifica el andar por la ciudad que recorremos cada día. Es nuestro lugar y entonces… ¿Cómo no intervenirla?

–¿Consideran ustedes que este tipo de intervenciones tienen un efecto catalizador al momento de poner en marcha un proceso de renovación social?

–El rol político de nuestro trabajo quizás funciona al revés. Es la dimensión social del territorio la que activa en nosotrxs el imperativo de levantar consignas y reflexiones que apoyen esa fuerza común (…) Para mala suerte de quienes vivimos aquí, siempre hay razones para seguir haciéndolo. Es impresionante cómo se puede entrar al conflicto por tantas aristas. Desde la perspectiva que se elija, si tiramos del hilo lo suficiente, siempre terminamos pillándonos con un lugar injusto y violento que nos determina a seguir trabajando.

¿Es Valpo, a diferencia de otras ciudades, un espacio idóneo para este tipo de prácticas?

–Cada lugar tiene diversas formas de generar prácticas para el hacer. Valparaíso es, de alguna manera, lo que nosotrxs también queramos que sea. Podemos tomárnoslo y construir en ella los espacios y formatos que se nos ocurran con el fin de gestionar mensajes colectivos.  Las ciudades no son estáticas, están siendo intervenidas constantemente por todxs quienes habitan en ellas. Las personas nos movemos, hacemos caminos, transformamos su paisaje. Generamos materiales nuevos, producimos basura, objetos, proyectos, y así… Nos construimos con los lugares y los lugares con nosotrxs. Eso también da pie para que la pensemos estratégicamente, la forma de la ciudad da pistas de cómo leerla. Es muy orgánico que en Valparaíso ocurran cosas en la calle, así como también lo es en otras ciudades.

»Respecto a las prácticas, mientras queramos comprender dónde estamos, ellas aparecerán de manera natural. Los gestos con los que podemos hacer guiños a lo público nacen de la vivencia de recorrerla cada día: mirar el puerto, comprender sus dimensiones, entender la forma de los cerros, las caídas de agua, la privatización del mar, el horizonte, etc. Lo que pase en Valparaíso puede ser distinto a lo que pase en otra ciudad, pero tan distinto como lo que cada espacio naturalmente es. Si las prácticas artísticas fueran homogéneas en todo el territorio, creo que sería una señal para que pensáramos cómo estamos viviendo en nuestros lugares. Así es que, respondiendo a la pregunta, sí es un lugar idóneo para las prácticas que la misma ciudad se invente.

–Acciones como las suyas refieren a un movimiento simultáneo de creación-destrucción/ expresión-borradura ¿Cuál es su visión frente a las políticas de limpieza y borrado?

–La hegemonía goza con la idea de ciudades prístinas e intachables, sin intervención ni opinión de quienes las habitan. Mientras más limpio el monumento, más chileno se siente el Estado, más poder cree que ejerce sobre nosotrxs.  Borrar, anular y silenciar son las estrategias del poder consagradas para no dejar andar a lo otro. Pues todxs somxs eso otro, e insistiremos a pesar de cualquier esfuerzo de borradura.

»Trabajamos en papel de roneo, rayamos el suelo con cal y luego jugamos fútbol sobre eso, salimos a la mar y vamos al desierto. Nada de eso es borrable. Las cosas pasan en un tiempo y la memoria es nuestro respaldo. Hay algo que supera la gráfica, los folletos y las producciones, y es que vamos cambiando colectivamente y eso es hermoso. Los monumentos serán intervenidos siempre que haya disputa y habrá disputa mientras no haya igualdad. Quisiéramos ser parte de esa disputa en tanto nos vamos organizando y articulando con todxs esos otrxs que también somos.

–Bajo su propia experiencia de lectura del entorno, ¿cuáles son las escrituras que transitan nuestra ciudad en una pulsión compartida?

–Si pensamos cuál es el alcance de la palabra escritura, podríamos mirar este entorno como un todo textual. Todo es leíble, de alguna manera. Cada unx tendrá sus claves para hacer esta lectura urbana, pero como colectivo partimos de la suma de siete personas. Esa forma que cada @PésimoServcio tiene de observar, para luego traer al espacio común, es lo que nos permite generar un algo nuevo para compartir en estas capas de la ciudad. Leemos en la música, el paisaje, la calle, en nuestras experiencias y amigues. Todo es insumo para eventualmente producir juntxs. Podemos mirar desde las formas técnicas o las resoluciones formales hasta los contenidos escritos que vemos en la ciudad. De hecho, el uso de cierta tipografía, tamaño de letra, colores y formas que ocupamos, van surgiendo de esa lectura a la que le devolvemos nuestra mirada. En la ciudad siempre se están yuxtaponiendo diversidad de formas y es eso lo que construye un espacio posible. Todo vale, y eso es justamente lo más divertido de mirar.

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* MUERTE VOLUNTARIA * CUIDA A TUS VECINAS * TOKATA HOY LA CANTERA EN LOS AÑOS 20’ * LA VIDA ES UNA IMPOSIBILIDAD COLECTIVA * EXIGIMOS REPARACIÓN Y DIGNIDAD * LAGUNA VERDE LIBRE * NO + MILICOS NO+ TOKE DE KEDA FUERA DE LAS KALLES AHORA * NUESTRA RESISTENCIA SERÁ CONTRA TODA FORMA DE PODER * CON RELACIONES LIBRES Y HORIZONTALES SE CONSTRUYE LA ANARQUÍA * RAYEN TODO * ASESINADOS POR DEFENDER LA TIERRA * ANTIPAKO * VALOR NO ES PRECIO * COME FRUTA * NUESTRA RABIA ES POR AMOR * VENGANZA PUNK * IREMOS POR JUSTICIA * LIBERTAD A LOS PRESOS DE LA REVUELTA * LIBERTAD A LOS PRESOS MAPUCHE * NI UNA MENOS * NOS QUIEREN MONOCULTIVO SOMOS BOSQUE NATIVO * A LA DERECHA NO LE IMPORTAS * LA MUERTE NO LLEGA CON LA VEJEZ SINO CON EL OLVIDO, GRACIAS POR FAVOR CONCEDIDO * MATA A QUIEN MATA * RAMIRO A LA CALLE MÓNICA A LA CALLE * DESTRUIR EN NUESTROS CORAZONES LA LÓGICA DEL SISTEMA * NO + SENAME * SALUD INTEGRAL PARA LES TRANS * FIN A LA DICTADURA DE PIÑERA * ESTADO ASESINO VIOLADOR * LA MEA VOLÁ * 1312 A.C.A.B * NO MÁS PRESOS POR LUCHAR * QUE EL AMOR NO TE ENAJENE * CHILE ES SU PUEBLO SEGUIMOS ESCRIBIENDO NUESTRO FUTURO * HUACHITA NO TENGAS MIEDO EN PEDIR AYUDA * NO ESTÁS SOLA * HERRAR ES UMANO * HERMANA, YO SI TE CREO * POR LA DIGNIDAD DOCENTE, ASAMBLEA CONSTITUYENTE * LA MAR DE POCOS * CHILE MATA *

Pasa un par de señoras, tomadas del brazo, afirmándose entre sí. Me observan leyendo misivas en voz alta mientras registro y sentencian en tono severo: «Está la pura cochiná.»

(*) Las fotos fueron tomadas por Kika Francisca González.

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