Matías Ávalos
Lumpérica Cartonera
41 páginas
A mediados del año pasado fue publicado este libro de poemas, el segundo de Matías Ávalos (1989) tras Todos juntos estamos solos (Hojas rudas, 2018). El fin al maltrato teórico obtuvo el segundo lugar chileno en el concurso convocado por la editorial peruana en varios países de Latinoamérica. Ávalos, nacido en Argentina y que vive en Valparaíso hace más de tres años, escribe críticas y artículos en el suplemento literario de El Ciudadano desde el 2018.
Se reproduce de forma íntegra el apartado “ii” del poemario.
ii
Detrás de la ciudad la evidencia del valle.
Las vacas pastan en las faldas del cerro
es primavera gracias a la inclinación de la tierra
la nieve es blanda y en sus fractales
el sol replica miles de millones de veces
los años luz que nos separan del misterio
detrás suyo.
En el poema frente a la montaña hay un lago.
Alrededor de las vacas
una bandada de mirlos picotea insectos
los árboles vibran de una inmensa carga
huecos negroazulados
estudian a sus pares antes de descender.
Hubo trescientos huevos por casal de mirlo
rodean la montaña multitud de árboles
en cada uno se alojan doscientas parejas.
Zumban las abejas
mugen las vacas
mirlos terminan de desplazar pájaros
con su estrategia de pescadores
transcurre
no pasa
las garzas arriba intentan descifrar
el vibrato de sus cuellos.
Acá se torna silencioso
el viento peina el césped
cientos de miles de mirlos aprovechan la calma
para descender.
Como manchas
o barcos en medio de la marea nocturna
las vacas miran caer minúsculos trozos de nieve
en la montaña.
Grandes círculos negros se juntan
manchas de aceite en el agua
una fricción de seda
mercurio en su danza de óleo
el viento vuelve a soplar
mueve los árboles que susurran
no como quien dice algo
sino como quien construye una cortina
para que un mensaje inadecuado no llegue
a oídos inadecuados.
Es mediodía
el sol, lo más alto y caliente que estará
la nube de mirlos se eleva
constante
homogénea.
El ruido es el de una caña de bambú
cuando de punta pasa de una mano a otra
el tórax de los humanos
que conducen cabras a pastear al monte
siente más acidez que vibraciones.
El resto de los animales desaparecen
menos las vacas
que perciben el fin del maltrato teórico.
La nube se posa frente al garcero
y dibuja desde la perspectiva de las garzas
una línea recta
arriba una pareja de cóndores ve un círculo ondulante
inédito.
La línea se transforma en pirámide y se eleva
una vez sobre el garcero
explota se dispersa
las gotas de la tormenta
caen a los lomos
se insertan en las cuerdas estructurales
las médulas dañadas producen saltos
que contrastan con la antigua elegancia.
Las garzas ruedan colina abajo
impulsadas por la nieve
manchas rojas frías cortan el blanco
el sol pierde réplicas y gana adeptos.
En el suelo del poema
las vacas prueban carne de garza
algo en sus ojos se modifica
dejan de ser ojos
sus miradas.
Los mirlos en lo alto
disfrutan la colaboración.
Detrás del bosque
mojado en sombras
hacia la luz
miles de ojos
miran oblicuos
avanzan.
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